Évariste tenía un solo sueño, entrar a la École Polytechnique, la institución de investigación más prestigiosa de Francia. En junio de 1828, sin decir a sus padres, dio el examen de admisión, pero no pasó.

¿Qué pasa cuando un cazador se ve obligado a detenerse?

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Évariste regresó al Liceo y conoció a Louis-Paul-Émile Richard, su profesor y uno de los pocos que lo entendió y apoyó.

Las soluciones de Évariste en la clase de Richard eran tan geniales que Richard las guardó hasta su muerte.

Con su ayuda, Galois logró publicar en la revista Annales de Mathématiques en abril de 1829, la primera recompensa para el joven cazador. Richard estaba convencido de que Galois debía ser aceptado inmediatamente en la École Polytechnique.

A los 17 años, Galois ya había escrito dos mémoires con teorías que revolucionarían el álgebra. Estas solo podían ser juzgadas adecuadamente por la Academia de Ciencias, el instituto científico más prestigioso de Francia. Richard consiguió que Augustin-Louis Cauchy, miembro de la Academia, presentara las mémoires en una de las sesiones. Cauchy era un hombre poco amigable, sin embargo, presentó los resultados de Évariste.

Cazadores expertos fueron asignados para revisar la investigación: Joseph Fourier, Claude Navier, Siméon Denis Poisson, el mismo Cauchy.

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