El gran Évariste moriría a los 20 años en un duelo por un asunto de faldas… Una

mujer

se robaría al más potente matemático de su generación.

La noche antes de morir Évariste destilaría su genio en 60 páginas llenas de garabatos en un ataque de inspiración. Ignorado por sus pares, se lanzaría a sus pasiones y compartiría el destino de Niels Henrik Abel, el cazador noruego, a quien la tisis mataría a los 27, también después de que Cauchy ignorara su trabajo en la Academia, impidiéndole conseguir los recursos económicos que hubiesen salvado su vida.

Solo después de su muerte, y por insistencia del cónsul noruego, Cauchy presentaría los resultados de Abel.

Augustin-Louis Cauchy mató a los dos matemáticos más grandes del siglo XIX.

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